QR Code
https://iclfi.org/pubs/ai/4/aicm2

Los últimos 30 años trajeron grandes cambios en el AICM. Entre éstos está que las mujeres han podido acceder a áreas de trabajo tradicionalmente exclusivas para hombres —como plataforma—, lo cual es un desarrollo sumamente progresista. Les permite integrarse aún más a este sector clave de la economía nacional, les da una vía para tener un poco de independencia económica y en muchos casos las ha puesto en contacto con los sindicatos aeroportuarios.

Pero al mismo tiempo, su entrada se dio en el contexto de un empeoramiento general de las condiciones de trabajo para todos en el aeropuerto. Así es que la mayoría de las trabajadoras hoy consiguen empleos precarios e inestables. Además, no perciben ninguna prestación dirigida a sus necesidades particulares como mujeres, como serían descansos por lactancia o transporte seguro para las entradas y salidas nocturnas. Los contratos eventuales permiten a las empresas evitar incluso los derechos de ley, como licencia por maternidad. La situación difícil en el trabajo se exacerba por su otra jornada en el hogar como madres y cuidadoras. No es casual que mientras los trabajadores tienden a buscar permutas para vacaciones, puentes o compromisos sociales, las trabajadoras las usan para eventos de sus hijos en la escuela o para cuidar a un enfermo.

La difícil situación de las mujeres en México está vinculada al bajo desarrollo social del país. Los hospitales no tienen medicinas; las escuelas carecen de materiales; y muchas madres no tienen acceso a guarderías. Los culpables de todo esto son los mismos imperialistas que exprimen cada gota de sudor de los trabajadores mexicanos en aras de llevarse las riquezas y los recursos que podrían usarse para servicios públicos de calidad. Mejoras en los sistemas de salud y educación serían benéficos para toda la población, pero en particular aligerarían la carga en los hombros de las mujeres.

Dado que las mujeres y el proletariado en general comparten enemigos (los imperialistas así como los patrones locales que implementan las exigencias de aquéllos), lo más lógico y efectivo para empezar a ganar es unir sus fuerzas y sus causas. Entender esto es la clave para poder mejorar las condiciones de todos los trabajadores en general y de las trabajadoras en particular.

Aunque el proletariado tiene un interés objetivo en luchar por la liberación de la mujer, no significa que esté libre de ideas machistas. Eso les queda claro a todas las trabajadoras del aeropuerto: desde las de limpieza y las sobrecargos hasta las que trabajan en banda o rampa. Esas opiniones atrasadas son un obstáculo para la construcción de una unidad duradera entre las trabajadoras y los trabajadores.

Pero no se dejen engañar por las campañas de “concientización” del gobierno y los códigos de conducta de las aerolíneas que supuestamente van a asegurar un buen ambiente de trabajo para las compañeras. Esas medidas son una manera barata de fingir estar al lado de las mujeres, sin invertir en las condiciones materiales. Culpan a los hombres por las ideas en sus cabezas desviando la atención de los verdaderos culpables de la situación deplorable en que viven y trabajan las mujeres. Este esquema también les sirve a las empresas porque fomenta las divisiones entre mujeres y hombres en el lugar de trabajo.

Mientras la patronal está fuertemente organizada contra los trabajadores, los sindicatos del AICM no tienen una estrategia para unir a todos los que trabajan en el aeropuerto y luchar por los intereses de todos sus agremiados. En vez de luchar por prestaciones que harían una gran diferencia para las trabajadoras —como guarderías, comedores, transporte— esparcen la propaganda moralista de la patronal. Enfrentadas con esta situación, muchas compañeras ni se molestan en relacionarse con los sindicatos. Éste es un error. Los sindicatos, guiados por una perspectiva revolucionaria, utilizarían la fuerza del proletariado para repeler los ataques e ir ganando terreno.

Mujeres obreras y demás trabajadores del AICM: ¡Únanse por mejores condiciones de trabajo! ¡Únanse contra el imperialismo!