https://iclfi.org/pubs/ai/2/sudafrica
El siguiente artículo ha sido traducido de un suplemento de AmaBolsheviki Amnyama (27 de abril), periódico de nuestros camaradas de Spartacist/South Africa.
El Congreso Nacional Africano (CNA) está a punto de perder su mayoría, y hay dos opciones en estas elecciones: ¿Se repetirá la embestida neoliberal del neoapartheid o ponemos fin al desastroso curso de los últimos 30 años? Los trabajadores de izquierda y los militantes que luchan por la liberación de los negros tienen puestas sus esperanzas en el EFF (Economic Freedom Fighters). Sus reivindicaciones, como la expropiación de la tierra y la nacionalización de las minas, expresan la profundamente sentida necesidad de un cambio radical, que requiere una lucha organizada contra el imperialismo y la dominación blanca.
Estamos de acuerdo en que votar por el EFF es la mejor manera de asestar un golpe a los randlords, los imperialistas y sus agentes políticos en estas elecciones cruciales. Pero la verdadera cuestión es cómo llevar a cabo una lucha victoriosa por las reivindicaciones del EFF: tierra, empleos y el fin de los cortes de suministro eléctrico. Para ello, necesitamos una estrategia fundamentalmente opuesta a la del EFF. Necesitamos una estrategia basada en la lucha de clases.
Resolver los problemas centrales del país exigirá una dura confrontación con los gobernantes capitalistas blancos. Aunque apelan al odio de las masas hacia estos gobernantes, los dirigentes del EFF hacen todo lo posible para alimentar la ilusión de que puede hacerse amistosamente, razonando con ellos. Esto se deriva de la contradicción básica inherente al EFF y a su programa nacionalista. El EFF atrae el apoyo de todos los sectores de las masas negras apelando a la sed de liberación de los negros mediante medidas radicales que son completamente inaceptables para el capital monopolista blanco. Pero promete un camino clasemediero a la liberación, uno aceptable para las élites negras, las cuales están a su vez oprimidas por los gobernantes blancos y atadas a ellos. Por eso Julius Malema, dirigente del EFF, predica constantemente el mito de que podemos conseguir tierra y trabajo confiando en el parlamento, los tribunales y la policía, el corazón mismo del sistema neoapartheid nacido en la CODESA (Convención para una Sudáfrica Democrática).
El acto de equilibrio del EFF se hace más difícil con cada éxito. Las cúpulas del EFF serán obligadas a elegir entre librar una lucha seria por las reivindicaciones del partido o traicionarlas para llegar a un acuerdo con el imperialismo. Toda la historia de las luchas de liberación bajo una dirección nacionalista pequeñoburguesa muestra que, de hecho, traicionarán cuando la presión sea lo suficientemente alta. Para avanzar hacia la victoria, debe haber un partido que pueda separar a las masas de los nacionalistas y dirigirlas en una lucha revolucionaria intransigente contra el imperialismo, un partido como el Bolchevique de Lenin (ver “Lessons of the Anti-Apartheid Struggle”, AmaBolsheviki Amnyama No. 1, octubre de 2023). La pregunta es ¿cómo construimos un polo revolucionario de lucha de clases para arrebatarle la dirección al EFF?
Los trabajadores y militantes de mentalidad revolucionaria no deben sentarse a esperar mientras el EFF se desmorona por sus propias contradicciones. La tarea, ahora mismo, es organizar el núcleo de un polo obrero. Para ello, debemos situarnos en la vanguardia de todas las luchas sociales, e impulsar el combate por los Pilares Cardinales del EFF utilizando métodos de clase proletarios. También debemos prepararnos para la próxima etapa de lucha estudiando y aplicando las lecciones de las luchas revolucionarias aquí y al nivel internacional. Proponemos formar círculos de estudio marxistas como guía para la acción, que comiencen con la cuestión de cómo combatir los obstáculos que frenan la lucha por la tierra y los empleos, y cómo detener el desabasto eléctrico.
La lucha por la tierra
Los gobernantes blancos utilizarán todos los medios de resistencia disponibles para impedir que las tierras robadas sean devueltas al pueblo. Para aplastar esa resistencia, las aspiraciones de todas las masas oprimidas deben canalizarse en una lucha conjunta por la tierra, vinculada a una perspectiva por el poder proletario negro. Aunque el EFF ha ganado una enorme autoridad defendiendo la demanda de expropiación de tierras sin compensación, su programa de unidad nacionalista con las élites negras socava y sabotea la lucha por un poderoso movimiento de masas para tomar la tierra. Lejos de aprovechar el hambre de tierras de las masas rurales, los líderes del EFF las traicionan y alienan con su complacencia a los jefes tribales, quienes son los principales representantes de la dominación blanca en los antiguos bantustanes y son los responsables de negar los derechos sobre la tierra a las mujeres negras en particular. Incluso cuando las ocupaciones dirigidas por Abahlali, el EFF y otros luchadores por los derechos a la tierra enfrentan sangrientos ataques policiales, el programa electoral del EFF pregona el llamado reaccionario a reforzar a la policía y desarmar a la población. Con ello se busca asegurar a los capitalistas que la lucha por la tierra se verá confinada a los límites de la ley y el orden burgueses. Éste es el mismo objetivo que tiene la promesa de Malema de resolver la cuestión de la tierra a través del parlamento. El resultado es desarmar y frenar la lucha por la tierra y allanar el camino a la traición del propio Primer Pilar del EFF.
Contra esto, para resolver la cuestión de la tierra proponemos una alianza de lucha de los trabajadores agrícolas y los sin tierra, incluidos los habitantes e inquilinos de miserables asentamientos irregulares urbanos, con el proletariado industrial. ¡Organizar comités de los sin tierra para arrebatar la tierra a los granjeros-capitalistas blancos, los magnates inmobiliarios y los jefes tribales! ¡Por autodefensa armada basada en los sindicatos y otras organizaciones de masas!
La lucha por trabajo, industrialización y el fin de los cortes de electricidad
El dominio asfixiante de los monopolios de propiedad blanca y extranjera es la fuerza motriz del caos económico y la ruina que enfrenta el país. Para avanzar seriamente contra el desempleo masivo y la devastadora desindustrialización, el proletariado debe reunir tras de sí a las masas desempleadas y a la pequeña burguesía arruinada para librar una lucha encarnizada contra su enemigo común.
No hay un caso más claro que la devastadora crisis eléctrica resultante del saqueo y el sabotaje de Eskom. Todos sabemos que la causa subyacente de la crisis son los intereses depredadores de los randlords y los imperialistas, que han privado de la inversión necesaria a Eskom para hacer colapsar la empresa estatal y forzar su privatización —todo ello con la ayuda de socios cómplices en un gobierno tras otro de la Alianza Tripartita dirigida por el CNA—. Pero la solución del EFF es confiar la tarea de salvar Eskom... a tecnócratas de la era de Zuma como Brian Molefe y Matšhela Koko. Lo mismo promueve la cúpula del NUMSA (National Union of Metalworkers of South Africa). Esto dejará la gestión de Eskom sujeta a los intereses en pugna de las camarillas capitalistas, que comparten el interés de ordeñar a las empresas estatales. Esto sólo puede alimentar el ciclo de corrupción, saqueo y sabotaje, haciendo el juego a los imperialistas. También dividirá y desmoralizará aún más a la clase obrera, incluso enfrentando a los trabajadores de Eskom con las masas que sufren los incesantes cortes de suministro.
Contra esta estrategia perdedora, lo que se necesita para salvar a Eskom y a otras empresas estatales es que la clase obrera tome la dirección en la solución de esta crisis nacional. Para luchar contra el saqueo y el sabotaje, y para ganar aliados de masas en su lucha por condiciones seguras y salarios decentes, los trabajadores de Eskom y Transnet deben luchar por el control obrero. Para desenmascarar y atacar a los capitalistas depredadores que están canibalizando las empresas estatales: ¡Abrir los libros! Una de las principales causas de las averías es el carbón de baja calidad que los monopolios del carbón proveen a Eskom. Se llenan los bolsillos a costa de la economía nacional, exportando todo el carbón bueno a Europa y Asia. Para poner fin a esta situación, se necesitan comités de trabajadores que controlen el transporte y la entrega, desde las minas hasta las centrales eléctricas y los puertos.
Dicha batalla puede convertirse fácilmente en la chispa para la lucha que se necesita urgentemente para revertir las privatizaciones en curso de Eskom y Transnet. Puede ser el comienzo de una contraofensiva que avance la lucha por los empleos, la nacionalización de la industria y el desarrollo industrial. ¡Nacionalizar las centrales de los productores independientes de energía! ¡Nacionalizar las minas, los bancos y la industria! ¡Ninguna indemnización!