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Traducido de Mexico | Facing Trump (inglés), Spartacist (English edition) No. 70 ,

La siguiente contribución fue presentada por nuestros camaradas del Grupo Espartaquista de México.

En la última década, México se convirtió en un lugar muy atractivo para la inversión extranjera a medida que los imperialistas sacaban sus capitales de China. Este proceso de nearshoring le permitió al gobierno populista de AMLO reforzar su posición frente a EE.UU., pero también propició un enorme crecimiento del proletariado, que ahora tiene en sus manos una porción muy grande de la economía estadounidense. Hoy, los aranceles y las políticas de Trump amenazan con poner fin a este equilibrio y redoblar la opresión de la principal semicolonia de EE.UU.

Tras los primeros ataques de Trump, Claudia Sheinbaum, la presidenta recientemente elegida y heredera del Morena de AMLO, ha fortalecido su autoridad. Es vista como un modelo de firmeza en defensa de la soberanía de México. Sin embargo, este análisis se basa en un optimismo fatuo sobre la capacidad del país para navegar por este periodo turbulento. Los cimientos del gobierno populista son altamente inestables y dependientes de la inversión extranjera, y están cada vez más bajo presión en la medida en que los ataques de Trump se intensifican. Los aranceles a la industria automotriz, así como al acero y el aluminio, ya están provocando conmoción en la economía mexicana —que podría entrar en recesión este mismo año—, lo cual se traducirá en despidos y ataques a las condiciones de vida y trabajo. La decisión de Trump de no aplicar aranceles a todas las importaciones provenientes de México obedece más a los cálculos de los imperialistas y a la profunda interpenetración de las economías, y no a las habilidades diplomáticas de Sheinbaum o a que México tenga un “trato preferencial”.

Lo que se plantea de la manera más urgente es la defensa de México contra los ataques imperialistas. Se deben preparar y llevar a cabo acciones huelguísticas defensivas contra los recortes salariales y los despidos. Sin embargo, las dirigencias sindicales están desperdiciando tiempo valioso. Apoyan abiertamente la respuesta de Sheinbaum y adormecen a los trabajadores impulsando la “unidad nacional” de los populistas. En lugar de organizar la lucha independiente de los obreros, les dicen que se unan detrás de la burguesía nacional y el gobierno, los cuales no dudarán en traicionar a los trabajadores y los intereses nacionales de México para salvar los privilegios de las élites.

Ante los ataques proteccionistas de Trump, existe una presión creciente en la clase obrera para defender el T-MEC. Esto es promovido por los líderes sindicales traidores, quienes buscan obtener un lugar en la mesa de renegociación alegando que pueden utilizar su capítulo laboral para avanzar los intereses de los obreros. Ésta es también la política de los populistas. Sheinbaum igualmente defiende el depredador T-MEC, y busca convencer a los imperialistas estadounidenses de que la forma de competir con China y detener su crecimiento es fortaleciendo la zona comercial de América del Norte. Su Plan México habla de fortalecer el mercado interno, ampliar la autosuficiencia en alimentos y energéticos, promover la producción nacional y reforzar los programas sociales. Pero éste no es sino un sueño guajiro de la burguesía mexicana, que trata de reconciliar el desarrollo del país con la subyugación imperialista cada vez más aguda bajo Trump. Conseguir cada una de esas cosas requiere retar de manera fundamental la dominación imperialista y arrebatarle los recursos que se necesitan, una línea que Sheinbaum no está dispuesta a cruzar.

En contra de la política de apaciguamiento de Morena, México debe repudiar el T-MEC, asegurar el control sobre su comercio exterior y fortalecer sus lazos con China. Para enfrentar los ataques de EE.UU., un genuino gobierno antiimperialista tomaría medidas para golpear la propiedad imperialista en México. Una acción elemental sería expropiar el sector energético y las minas sin compensación. Para confrontar la extorsión financiera de los imperialistas y asegurar la subsistencia del pueblo se debería nacionalizar la banca y repudiar la deuda.

Sheinbaum, como AMLO antes que ella, dice oponerse a las intromisiones de los imperialistas en América Latina, pero ha colaborado con las fuerzas imperialistas en temas de seguridad y combate al crimen en territorio mexicano y ha movilizado a miles de tropas de la Guardia Nacional para detener el flujo de migrantes ilegales a EE.UU. Un gobierno que realmente busque combatir las depredaciones del imperialismo movilizaría y unificaría América Latina, en contraposición a los varios lacayos nacionales que piensan que pueden obtener un mejor trato con los imperialistas a expensas de las masas latinoamericanas. Además, también forjaría una alianza con los obreros y los oprimidos en Canadá y EE.UU. en contra de su enemigo común: el imperialismo estadounidense. ¡Por un frente único antiimperialista de las Américas para luchar contra Trump!

Los planes de Trump no serán implementados de manera tersa. Es de esperar que haya resistencia, y que obreros y campesinos entren en escena en oposición al saqueo imperialista. Pero en ausencia de un polo revolucionario, el impulso antiimperialista de las masas será desviado hacia la reforma de Morena o a una nueva opción populista. La cuestión de la dirección se planteará a quemarropa. Parte de la izquierda marxista se contrapone a Sheinbaum vociferando que ésta y el Morena son burgueses, represores, lacayos del imperialismo, etc.; pero estas acusaciones, aunque ciertas, son estériles, ya que no lidian con las contradicciones de los populistas y no hacen nada para mellar las masivas ilusiones que existen en ellos.

Otros izquierdistas hablan de la necesidad de hacer un frente contra los imperialistas, pero terminan descartando el crucial papel del poderoso proletariado y son incapaces de impulsar una estrategia diferente a la de Morena y las burocracias sindicales. Es por eso que la izquierda mexicana es marginal. ¡Es urgente que se reoriente! La tarea de los revolucionarios es ofrecer un camino a la victoria para cada lucha de la clase obrera, de tal manera que la vincule con la lucha más amplia por la liberación nacional y social. Se trata de utilizar cada oportunidad para contraponer un programa verdaderamente antiimperialista al callejón sin salida de Morena, mostrando concretamente las debilidades y las vacilaciones de los populistas en la lucha contra los imperialistas, para así arrebatarles la dirección de ésta.