https://iclfi.org/pubs/ai/2025-educacion
Al cierre de este artículo, parece que el SINTCB ha alcanzado un acuerdo de 4 por ciento al salario, a falta de ser oficializado. Esto es una miseria y, de ser cierto, debería ser echado abajo. Además de ser insultante para los trabajadores de Bachilleres, establecería un peligroso precedente para las luchas de los demás sindicatos.
Varios sindicatos del sector educativo están emplazando a huelga en las próximas semanas: el SI TUAM y el SINTCB el 1º de febrero, el SUTIEMS el 17 de febrero y el STAUACh el 3 de marzo. Sus luchas en los últimos años han sido una respuesta a la situación insostenible del sector educativo de este país: salarios miserables, pocos maestros y escuelas (y las que hay se están cayendo), acceso insuficiente a éstas, estudiantes pobres sin posibilidad de seguir estudiando, etc. El porcentaje del PIB que invierte México en educación, un raquítico 4.2 por ciento, es el menor entre los países de la OCDE. El contraste entre el campo y la ciudad es abismal, las zonas campesinas e indígenas están devastadas y sin acceso real a educación básica.
Para tener educación de calidad se necesita de programas masivos de construcción de escuelas y universidades; contratación de maestros y trabajadores con salarios altos; infraestructura para que los estudiantes puedan acceder a educación, principalmente en el campo, asegurándoles dormitorios y comedores, así como dinero suficiente para vivir. Todo esto requiere de grandes recursos. Sin embargo, éstos son escasos debido a la opresión y el pillaje de México a manos de los imperialistas; las riquezas de este país van a parar a sus bolsillos. La lucha incluso por las demandas más básicas de los trabajadores de la educación y los estudiantes necesita una perspectiva que apunte contra la raíz del problema. Debemos arrebatarle a los imperialistas los recursos suficientes para darle al pueblo educación de calidad; expropiar sin compensación sectores clave de la industria nacional, como el energético, y ponerlos en manos de los trabajadores. Hoy día, una buena educación es un privilegio exclusivo para los hijos de los patrones y la pequeña burguesía acomodada, lo que plantea expropiar las escuelas y universidades privadas y ponerlas al servicio de las masas pobres.
El gobierno de Morena y la administración de las escuelas públicas enfrentan a maestros, trabajadores y estudiantes entre sí por recursos miserables. A su vez, las direcciones sindicales ponen todas sus esperanzas en que los populistas, así como las instituciones gubernamentales —como la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje— darán solución a las aspiraciones de educación de las masas. Pero éstos no sólo son incapaces de resolver la cuestión, sino que son el principal obstáculo a que los trabajadores lo hagan. Es previsible que Sheinbaum, como López Obrador, busque que los sindicatos rebajen y ajusten sus demandas a la “austeridad republicana” condicionada por los imperialistas, con el argumento de que no alcanza el presupuesto. Si tiene éxito, el gobierno logrará desactivar sus luchas. Asignar recursos suficientes necesariamente significa rebasar los límites impuestos por estos ladrones. La lucha por una educación gratuita y de calidad es así una lucha antiimperialista. El programa del populismo trata de balancearse entre las dos principales fuerzas en el país, el imperialismo y el poderoso proletariado mexicano. Hoy más que nunca se necesita una perspectiva independiente que sea capaz de enfrentar al imperialista Trump, quien ya empezó sus ataques contra México.
¿Cómo lograr la victoria? A pesar de que hay muchas ganas de luchar, los trabajadores del sector educativo han estado luchando aisladamente desde su propia trinchera. Algunas escuelas tienen varios sindicatos que muchas veces son hostiles entre sí. Por el contrario, para avanzar los intereses comunes de maestros, trabajadores y estudiantes se necesita unificar a estos sectores en una lucha conjunta. ¡Por un frente único de escuelas y universidades! Una estrategia así pondría a los trabajadores de la educación en mejor condición para conseguir sus demandas, y hacerlo lo más pronto posible. Es urgente convocar a asambleas conjuntas y motivar sobre esta base llevar a cabo una ¡huelga unificada! Si un sindicato se va a huelga, que toda la escuela estalle en lucha. Si una escuela se va a huelga, que todas las demás también lo hagan. Está en interés de los estudiantes sumarse a esta batalla pues obtener educación gratuita y de calidad requiere una pelea sin cuartel, en conjunto con los maestros y trabajadores para avanzar sus aspiraciones. Estudiantes: ¡Únanse a los piquetes de huelga!
Proponemos organizar un frente único de lucha con el siguiente programa:
- ¡Hacer trizas el tope salarial! ¡Homologación de salarios y prestaciones a los más altos del sector! ¡Aumento salarial del 100 por ciento!
- ¡Construir piquetes conjuntos que nadie ose cruzar!
- ¡Restitución de todos los maestros y los trabajadores despedidos! ¡Basificación de los trabajadores temporales tomando en cuenta su antigüedad! ¡Contratación bajo control sindical!
- ¡Abajo las AFOREs! ¡Pensiones para vivir dignamente pagadas por el estado!
- ¡Por admisiones abiertas, estipendios suficientes, dormitorios y comedores de calidad para todos los estudiantes!
La realización de este programa básico es totalmente factible. La CNSUESIC propuso a sus sindicatos miembros que unifiquen sus emplazamientos a huelga. Bien, hay que llevar a cabo acciones huelguísticas empezando el 1º de febrero que vence el primer emplazamiento. ¡Forjar un comité de huelga unificado!
Para ganar esta batalla es necesario convertirla en una lucha social más amplia conectándola con la lucha de los trabajadores contra la esclavitud imperialista, que está también detrás de los ataques a las condiciones de vida de la clase obrera. Hay que desatar la poderosa fuerza decisiva de la clase obrera industrial para vencer. Tienen un interés en defender y mejorar la educación de sus hijos. A su vez, esto fortalecerá la lucha de la clase obrera. ¡Obreros, campesinos y estudiantes deben luchar juntos para sacar a México del T-MEC y repudiar la deuda externa! Para empezar, hay que mandar representantes a la Nueva Central de las y los Trabajadores, a la que pertenecen algunos de los sindicatos de la educación, para motivar y preparar acciones huelguísticas de todos los sindicatos que la conforman. La solidaridad de los sindicatos debe ir más allá de reducirse a mandar delegados en apoyo moral. Los trabajadores deben recargarse en su propio poder social. ¡Por la unidad de los trabajadores de todo el sector educativo!