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Los académicos de la Universidad Autónoma Chapingo están luchando por mejorar sus condiciones de vida y trabajo. Sin embargo, el mismo día que inició la huelga la dirección sindical retiró sus demandas y adoptó un pliego petitorio reducido sin consultar a las bases. Ahora los huelguistas están luchando por un mísero 4 por ciento de aumento salarial. La huelga está estancada. La rectoría está envalentonada y ha buscado que la huelga sea declarada ilegal. ¿Por qué una huelga que tuvo una aprobación de 65 por ciento hace diez días se encuentra en este estado? La respuesta, en pocas palabras, es la estrategia de su dirección. ¡Hay que cambiar de orientación! El eje de la lucha debe ser:

  • ¡Basta de salarios de hambre!
  • ¡Abajo la opresión del campo!
  • ¡Alto a las agresiones de los imperialistas yanquis!

La huelga de Chapingo no puede desvincularse de la situación del país: salarios que no alcanzan, criterios de jubilación difíciles y pagos miserables, educación y servicios de salud para las masas cada vez peores. Ante la renovada embestida imperialista, existe mucha presión sobre el gobierno para cumplir las exigencias de Trump, las cuales significarán más recortes al gasto público. En este contexto varios sindicatos del sector emplazaron a huelga y han estallado manifestaciones magisteriales contra la reforma a la ley del ISSSTE. Pero, hasta ahora el gobierno ha logrado imponer un tope salarial del 4 por ciento con ayuda de las direcciones sindicales, sentando un muy mal precedente para las luchas actuales.

La subordinación de México al imperialismo yanqui condiciona cuánto se queda en el país y cuánto se llevan estos ladrones. La “austeridad republicana” es la adaptación del gobierno a este saqueo, y es la responsable del tope salarial en el sector educativo y de los deplorables servicios del ISSSTE y del IMSS. La lucha del STAUACh no es sólo contra la rectoría, sino contra los escasos recursos. Esto implica confrontar los límites impuestos por el gobierno federal de Morena y su legalidad. Sin embargo, la dirección del STAUACh ha decidido regir sus pasos por la Ley Federal del Trabajo, en vez de hacer lo que se necesita para vencer y fortalecer la posición del sindicato frente al enemigo.

¡Todavía es posible revertir el curso de esta huelga! Para ello se necesita que las luchas de los maestros por sus necesidades más inmediatas partan de la defensa de México contra la rapiña imperialista. Los maestros no deben ceder al chantaje de la “unidad nacional”, rebajando sus demandas o abandonando sus luchas para no afectar el esfuerzo del gobierno frente a Trump. ¡Al contrario! Defender al país significa luchar ahora por mejorar las condiciones de los obreros, los campesinos, las mujeres, los indígenas, etc. Es con esta perspectiva que se puede unificar a los diferentes sectores de trabajadores, fortalecerlos y ponerlos en mejor posición para luchar. Aunque la dirigencia sindical ya se ha doblegado, la rectoría sigue atizando las divisiones entre maestros, trabajadores y estudiantes, y busca desangrar al sindicato. ¡No lo permitamos! La reducción al pliego petitorio debe ser revertida. ¡Por aumento salarial no menor al 15 por ciento y que aplique también al STUACh! Para que la dirección sindical no tome decisiones sin consultar a los maestros, ¡hay que elegir representantes de base!

Chapingo es el reflejo de la situación del país y, en particular, del devastado campo mexicano. Miles de jóvenes de comunidades rurales marginadas vienen a estudiar aquí, la principal escuela agrónoma de México. Y al llegar se topan con falta de profesores, becas raquíticas, y dormitorios y comedores en pésimas condiciones. La huelga de los maestros es parte de la lucha por mejorar la educación del pueblo. Una huelga que no ceda ante el gobierno y se mantenga firme ante el imperialismo podría fortalecer la lucha de los campesinos pobres por su liberación.

El campo necesita más que unos cuantos programas sociales. Para desarrollarlo se requiere de un influjo masivo de capital, maquinaria moderna, fertilizantes, infraestructura, repudiar las deudas de los campesinos, etc. ¿De dónde vendrían los recursos? La expropiación de las minas y del sector energético terminaría con la fuga de riquezas del país. La nacionalización de los bancos pondría la economía en manos de la nación. Impuestos progresivos a las grandes fortunas podrían reanimar los servicios públicos. Además, se tienen que confrontar las restricciones que le impone el T-MEC al país. México debería decidir qué producir y con quién comerciar. Una lucha decidida que apunte hacia esta perspectiva podría ganar el apoyo de los campesinos y sus hijos.

De igual manera, es en beneficio de los trabajadores de las ciudades luchar por mayores recursos para la educación y mejores condiciones para los maestros. Y no sólo eso. Si los maestros de Chapingo salen victoriosos con sus demandas originales —incluyendo la defensa de los profesores despedidos— asestarían un golpe a la austeridad. Con ello harían much ísimo por echar abajo la actual reforma a la ley del ISSSTE —y la anterior de Peña Nieto— y acabar con el robo de las Afores por los buitres financieros. La huelga de Chapingo debe convertirse en una chispa y un modelo para las luchas de los demás sindicatos. Trabajadores: ¡únanse a esta lucha! ¡Hay que extender la huelga a otras escuelas, a los hospitales, a las fábricas!

La estrategia delineada arriba no es con la que la dirección sindical ha conducido la huelga. Se han alineado al programa populista, restringiendo sus acciones a los marcos que les impone el gobierno y buscando convencer a Sheinbaum en las mañaneras de que tome su lado. La dirección ha organizado la huelga de manera estrecha y desvinculada de las luchas de los trabajadores de la misma universidad, de los estudiantes, de las demás escuelas, de aquéllos afectados también por la reforma a la ley del ISSSTE, etc. Muchos líderes sindicales pueden hablar de que se necesita unidad, pero no hacen nada fundamentalmente diferente para forjarla concretamente y extender la huelga. Las consecuencias de esta estrategia son claras: fondos de huelga insuficientes, oficinas administrativas y servidor de red de la escuela funcionando, apelaciones a que las autoridades sean las que resguarden las instalaciones, desánimo entre algunos maestros al no ver un camino hacia adelante, y un largo etcétera.

Se debe formar un núcleo dentro del sindicato que ofrezca una alternativa basada en la estrategia formulada arriba y que luche por:

  • ¡Reforzar los piquetes!
  • Mandar delegados a los campesinos de Texcoco, Atenco y zonas aledañas.
  • Movilizar a las bases del SUTIEMS, SITUAM, STUNAM, Bachilleres y extender la huelga.
  • Unirse al movimiento contra la reforma a la ley del ISSSTE. ¡Por jubilaciones dignas!

La lucha en Chapingo es una oportunidad para cambiar la marea e inyectar oxígeno al movimiento obrero mexicano. ¡Por la liberación obrera y nacional!